Hablar de libertad de prensa en un país como Colombia es casi un desafio, pues las violaciones que se han tenido frente a este tema, donde informar con rigor y libertad incluye que el periodista se vea inmerso en un peligro y riesgo ante su dignidad y su vida, ha hecho que el país entero se prive de la verdad.
Los datos de la Fundación Para La Libertad De Prensa (FLIP) indican que cada año disminuye la cifra de periodistas asesinados pero aumenta en secuestro y amenaza. Aunque para algunos esto se relacione con los últimos Gobiernos que ha tenido nuestro país, y la supuesta seguridad que se ha hido implementando esto en realidad refleja la violencia que se vive, la injusticia y corrupción que degradan más la calidad social del país.
Informar en Colombia es sinónimo de miedo pero a su vez de valentía, pues los periodistas que se atreven a brindarle al país la verdad y a mostrar el verdadero rostro de aquellas personas que nos representan frente al mundo, resultan amenazados, asesinados u obtruidos moral y fisicamente. Mientras tanto, otros cuantos, se conforman con informar lo necesario y lo que sea prudente hacerlo para los medios para los cuales trabajan.
La libertad de prensa, de expresión y de información es sólo una utopía, pues cada rincón político y social posee unos intereses determinados que siempre serán una barrera para que la información fluya constantemente sin reglas ni obstáculos.